Zaida González Ríos
Este trabajo se basa en el caso de Claudia Zúñiga Mancilla de 37 años, quien murió tras recibir 20 puñaladas por su pareja Cecilio Navarro de 50, en la comuna de Lo Prado en Santiago, donde también resultaron heridos el padre y la hija de ella. Según las noticias, este es el caso Nº 33 del año 2014, pero según la tabla de femicidios publicados por la página nomasviolenciacontramujeres.cl sería el número 48.
Me llama la atención que al buscar información del hecho encuentro solo noticias muy resumidas; no se habla de los familiares directos agredidos, ni el presunto motivo que tuvo el hombre. Su historia no la podemos conocer y en la tabla de femicidios sólo aparece: número 48, nombre de ella y él, edades y el tipo de agresión. En otros casos existe mayor información, como violación, antecedentes de violencia o denuncias anteriores, entre otros. Al leer las opiniones de la gente en las páginas de noticias encontré reflexiones del tipo: “¿Y qué se puede hacer?, la gente tiene que analizar bien con quien se vincula, también hay que tener cuidado cuando se decide engañar a alguien”, “Si hubiera sido lesbiana sería noticia nacional, pero es sólo una más en las estadísticas de los tolerantes de todo lo demás”, “El SERNAM y futuro ministerio de la mujer son un invento feminista, hoy las mujeres tienen más derechos que todos los seres vivos, matar a una mujer es peor que matar a un hombre, cuando debería ser lo mismo,eso es igualdad de género, hoy abunda el feminismo barato”.
En la búsqueda di con su FBK, su información personal indica que era enfermera asistencial y la última publicación la hizo uno de sus hijos 10 días después de su asesinato con el texto: “Q.E.P.D mamita, te amo, no sabe cuanta falta me haces, es el momento de que vueles muy alto. Cristóbal, Felipe y Francisca”. Por sus fotos puedo ver que era una mujer humilde, con una mirada muy triste y temerosa, por sus escritos una mujer religiosa con esperanza y fe: “Sólo Dios puede llenar el vacío y la soledad que hay en tu corazón”. Tal vez indicios que alertaban que vivía un tormento y gritaba silenciosamente por ayuda.
¿Cuáles son los factores de algunos casos que no llegan a ser comunicados en profundidad, investigados o que den una cuenta pública masiva que nos lleve a una reflexión? ¿Situación socio-económica-cultural?, no lo sé.
Al leer este caso se me vino a la mente el autorretrato de Frida Kahlo llamado “Unos cuantos piquetitos”, que paradójicamente fue resignado con el título “Apasionadamente Enamorada”. La obra inspiró a la autora después de leer una noticia en el periódico sobre una mujer asesinada por su novio borracho y el comentario del asesino cuando fue acusado: “Pero si sólo le di unos cuantos piquetitos” y coincidentemente al igual que Claudia, fueron veinte puñaladas. Esta pintura también refleja el dolor de Frida luego que su esposo le fuera infiel con su hermana Cristina, reflejando su dolor e ira y proyectando su desgracia de otra mujer. Kahlo le confesó a una amiga que simpatizaba con la mujer muerta ya que ella misma se sentía “asesinada por la vida”.
Quiero hacer una reflexión metafórica de cómo la violencia sicológica puede matarnos en una relación enferma. Son aves carroñeras que extraen nuestros sentimientos, respeto y amor propio, perdemos la identidad y seguridad de quienes somos y finalmente nos convertimos en silencio, o en el caso de Claudia en un número sin historia que conocer.