Cultura de la violación

Andrea Herrera Poblete

Tras un proceso de investigación de varios meses, este ensayo fotográfico rememora a Gabriela Marín Mejías, joven madre de San Fernando. Gabriela fue abandonada por las instituciones locales en una red sistemática de negligencias, injusticias y discriminación que desencadenaron un caso de suicidio femicida que ha quedado en la impunidad.
Fotografías de espacios y lugares en las ciudades de San Fernando y Concepción, donde reside la artista, se entrecruzan con testimonios extraídos de entrevistas realizadas por la autora y referencias noticiosas de la actualidad chilena para presentar las dicotomías, prejuicios y misoginia que culturalmente se escudan detrás de crímenes sexuales contra las mujeres. Violar a una niña o mujer en Chile se transforma en un caso judicial que quedará petrificado en páginas de un archivo que no se volverá a abrir, reflejo del amparo a los victimarios por parte de un sistema judicial occidentalizado, colonizador y patriarcal, en donde sólo el 19% de las denuncias terminan con una pena efectiva.

“La dignidad de una mujer no se pierde por el hecho ser violada… Hay violaciones violentas y violaciones no violentas” Marcela Turres. Parlamentaria UDI / 15-09-2015

¿Qué estaba haciendo sola a las 12 de la noche? ¿Por qué andaba con pantalones tan ajustados? Gabriela / 08-08-2012